Le dijeron que era mejor que no la viera, que era joven y que en pocos meses podrían volver a intentarlo. Pero ella, aturdida por la resaca del parto, tomó en sus brazos a la niña muerta. Diminuta y amoratada como un polluelo escupido del nido, conservaba el borrador de una tenue sonrisa. La estrechó como estrecharía a una hermana melliza, casi como si se abrazara a sí misma. Y entregada a aquel abrazo circular y perfecto la mujer exhaló un último suspiro. Rendida a la muerte mansa, la madre aflojó la tensión de su cuerpo al notar que alguien más fuerte, del lado de la vida, la apretaba contra su pecho.
viernes, 24 de junio de 2011
EL CÍRCULO PERFECTO
jueves, 9 de junio de 2011
SALIÓ POR LA VENTANA
Aquel amor que vivíamos sin garantía, voluptuoso y clandestino, hecho de besos lentos y caricias envolventes, aquella pasión comprimida en citas breves y prohibidas, se quedó en nada cuando él se divorció de su mujer.
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