La mujer compró unos buenos filetes de bacalao y los metió en una bolsa envueltos en papel de estraza. Después redactó una nota a su marido: te he dejado la comida en una bolsa, sólo tienes que ponerla en la sartén con unas gotitas de aceite. El gato se coló y se comió el pescado. Y el hombre cocinó papel.
8 comentarios:
Y de postre envoltorios de bombones.
¡Que imaginación tan prodigiosa la tuya!
Saltos y brincos y confetti
¡Pobre hombre, qué desgracia llegar a tales niveles de obediencia! Lo que me cuesta imaginar es cómo ella aún lo soporta.
Un abrazo, Araceli y feliz año nuevo. Como siempre, es una alegría leerte.
La torpeza es lo de menos. Insoportablemente sumiso. Menos mal que a esa mujer le queda el gato. Tu crueldad como narradora no la ha dejado en completa soledad;-)
Abrazos y parabienes para todo el año.
Creo que el hombre estuvo bastante sagaz... hay otros que... mejor ni hablar.
Un saludo.
HD
Bueno, bueno. Esto es una provocación al gremio de los cocinillas...
Debió servirle a la mujer una cena de conejo con tomate.
Jajaja, y a mí que no me extraña nada.
Besos
Claro,pa qué va a pensar el hombre.
Jaja.
Besos
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